Negro sobre blanco, la función del tintero

Gracias a un tintero y una pluma hemos sido partícipes de las más increíbles aventuras, los más hermosos sueños y los peores miedos de la condición humana. A través de él, las musas inspiraban a unos seres especiales, hombres y mujeres de sensibilidad excepcional llamados escritores, para que dejaran constancia para la eternidad de todas esas emociones y sentimientos que se resumen en la búsqueda de la belleza y la verdad, eterno anhelo del ser humano.



Por ello, este tintero pretende ofrecer al cansado navegante del siglo XXI un espacio en el que disfrutar de esa búsqueda apasionante a través de la literatura y el arte. Quién sabe la magia que puede guardar en su interior. Disfrutad el viaje.

domingo, 18 de junio de 2017

VIENTOS TERRALES

Desde que el hombre es homo sapiens y vagaba pensando por las paradisíacas playas griegas, el aire suele representar la esencia del alma. Eolo, el dios del viento, es quien remueve ese espíritu y lo dirige como quiere.
Hay vientos a favor que traen aire fresco, renovación, incluso alegres y revitalizantes brisas. Como el recuerdo de un atardecer frente al mar en el que dejamos que el peine invisible más eficiente del mundo nos renueve las ideas, nos cargue de energía y nos despeine. El viento siempre es libre y caprichoso como el Levante o el Cierzo. Saltamos viento para conocer lugares ignotos, casi vírgenes, parajes inexplorados de nuestro propio ser.
Hay vientos gélidos que nos dejan sin respiración, vientos terrales que nos obligan a poner los pies en la realidad y nos reubican en el norte de nuestra vida, afirmando el viento. Como cuando sorteamos nuestras dudas y miedos descubriendo que, pese a todo, seguimos el rumbo.
Nos gusta afirmar a los cuatro vientos quienes somos para que nos conozcan y bebemos los vientos por amores imposibles, pasiones inconfesables o, incluso, por llegar a ese puerto ansiado de estabilidad y abundancia que es perfecto para nuestra embarcación, después de dirigirla a través de mil mareas.
Luchamos contra viento y marea frente a las tempestades que salen a nuestro paso en forma de preocupaciones, pérdidas, fracasos o frustraciones. Porque cuando corren malos vientos lo mejor que podemos hacer es saltarlos para picar vientos de bonanza dando viento fresco a la ira, el miedo o la desesperación.

En marinería es importante atar cabos después de llegar a buen puerto guiados por sanadores vientos alisios que nos permitan picar viento y llegar con tino a esa Ítaca particular que reside en nosotros mismos y se llama vida. Lo importante es la travesía, el rumbo ya lo ponemos nosotros.