Negro sobre blanco, la función del tintero

Gracias a un tintero y una pluma hemos sido partícipes de las más increíbles aventuras, los más hermosos sueños y los peores miedos de la condición humana. A través de él, las musas inspiraban a unos seres especiales, hombres y mujeres de sensibilidad excepcional llamados escritores, para que dejaran constancia para la eternidad de todas esas emociones y sentimientos que se resumen en la búsqueda de la belleza y la verdad, eterno anhelo del ser humano.



Por ello, este tintero pretende ofrecer al cansado navegante del siglo XXI un espacio en el que disfrutar de esa búsqueda apasionante a través de la literatura y el arte. Quién sabe la magia que puede guardar en su interior. Disfrutad el viaje.

miércoles, 16 de abril de 2014

Diario de una española en Ginebra I: Post Tenebras, Lux

Es curioso como a veces, la vida te lleva a cumplir los sueños que llevas tanto tiempo anhelando, sin apenas darte cuenta.Así comienza este diario escrito, sin duda, en Helvética y desde la Confederación Helvética, conocida popularmente como Suiza ;)

Después de muchos años de duro trabajo, por fín me dí la oportunidad de, al menos, buscar una buena opción profesional en el extranjero. Una decisión así no se toma todos los días, así que me organicé y el lugar elegido no podía ser otro que Ginebra: neutral, celta, cuna de refugiados (extranjeros como yo), con salarios elevados y, lo más importante, con el mayor porcentaje de empresas multinacionales posible.

Primera impresión: Las vistas del lago. Casi un océano inmenso que desde el avión se percibe turquesa, rodeado de embarcaderos y pequeños veleros. Con un cielo azul y una temperatura de más de 20ºC es la idea del paraíso. Si creéis que exagero, juzgad la foto...


Segunda impresión: Además de que toda la gente viste de colores neutros y sin ningún criterio de tendencia en la moda, ni personalidad, lo que llama la atención es que estés en una ciudad internacional y todo, TODO, esté cerrado un domingo. Shocking, que diría Elsa Schiaparelli.

Tercera impresión: Una debe ser, ante todo realista. Lo primero, debes solucionar los primeros pasos y pequeños detalles que van a hacer tu vida más fácil: un número de teléfono local, una vivienda... y la burocracia. Cuando llegué a la Office de l`Emploi me dió la misma impresión que en una oficina cualquiera de nuestro querido "paro": un lugar gris lleno de gente poco amable. Al final, tuve suerte, puse a prueba con éxito mi francés casi olvidado y no hubo problema. 

Pero, sin duda, lo que más me llamó la atención fue el lema de la ciudad que me ha acogido con tan cálida bienvenida: "Post tenebras, lux". Después de la oscuridad, la LUZ. Esto es, sin duda, el inicio de una nueva etapa completamente diferente.No sé adónde me llevará, pero sí sé que será para siempre una grandísima experiencia que me hará crecer tanto personal como profesionalmente.El mismo Jet d`eau de la ciudad me lo indicó ...



Para finalizar, otro apunte importante: cómo rellenar el tiempo libre especialmente en fines de semana. Tirar de agenda y conocer nueva gente que te habla de festivales de jazz. Así logras conocer pueblos vinícolas tan pintorescos como Cully. Aquí un apunte de sus casas y jardines. Très chic.


miércoles, 26 de marzo de 2014

De nostalgia, valores y futuro. Por un cambio en el siglo XXI

La política es sin duda, el arte de lo posible. Hace factible la convivencia pública, el progreso de los pueblos. Pero para ello necesita verdaderos líderes - incluso a veces en la parte negativa, malos líderes - para darnos cuenta de qué debemos hacer para avanzar, sacar lo mejor de nosotros mismos y lograr el éxito. Eso es el progreso.

En lo personal, yo ni siquiera había nacido cuando Adolfo Suárez culminó su labor de gobierno con una despedida honesta y memorable. Una actuación impecable y digna ante el golpe de estado que pretendía acabar con toda la labor consensuada con el pueblo. Cuando alguien muere, es habitual escuchar un panegírico de alabanzas, anécdotas siempre favorables - lo que los jóvenes llamamos "pasteleo" - en honor al fallecido.Si a esto unimos una historia personal realmente dramática - casi una tragedia griega de dolor, soledad y olvido - y una labor ímproba - traer valores democráticos a un país sumido en la ignorancia, el dogmatismo ideológico y la fuerza de 40 años de dictadura - sale un mito.



Al hecho de ofrecer un legado incuestionable, se unen las comparaciones dolorosas, desesperadas y nostálgicas por parte del pueblo que no entiende cómo de aquella época tan difícil pero tan ilusionante por la que tanto trabajaron se ha llegado en pleno siglo del progreso, el avance tecnológico y con la generación mejor preparada de la historia a una debacle económica, social, política. Una figura como la de Adolfo Suárez se engrandece aún más si cabe al compararla con los funcionarios públicos, gestores que desempeñan cargos políticos hoy en día. En momentos clave, las personas necesitan líderes que, como el propio Suárez, les hagan ver todo el potencial que tienen. Que no hay miedo que pueda constreñir nuestro futuro porque como él mismo dijo " el único miedo que hay que tener es el miedo al miedo mismo".

Los problemas de este siglo XXI son complejos, nos pillaron a contramano pero con la ventaja de vivir en una sociedad más abierta, mejor informada. Casi ningún tiempo pasado fue mejor, sólo tenemos que recuperar ese espíritu motivador para seguir adelante. Dentro de unos años esta Gran Recesión - yo la llamo Gran Estafa - quedará como una anécdota en los libros de Historia. Sin recordar a todas aquellas personas que vivieron períodos angustiosos sin trabajo, desahuciados, que han vivido un auténtico parón en sus vidas. Hay un antes y un después de la caída de Lehman Brothers, pero han resurgido valores como la honestidad, el coraje, el trabajo duro, el esfuerzo, el diálogo.  Esos son los valores que dejó la Transición.Valores hoy tan válidos como en los años 70. Fuera sentimentalismos baratos, hipocresía y telerealidad.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Periodismo, juicio crítico y sentido del humor en el Siglo XXI

Siempre se ha dicho que el de periodista es el oficio más hermoso del mundo. 
¡Qué responsabilidad y, al mismo tiempo, qué valor hay que tener para escribir diariamente la Historia!

Pero, ¿qué es la Historia? Tal vez el relato de los que ganan, tal vez el relato interesado de cómo queremos que nos vean dentro de un tiempo futuras generaciones. Sin embargo, no podemos vivir sin un relato que explique lo que está pasando. A veces para corroborar nuestra visión de las cosas. Aveces para ampliar nuestras miras. A veces sólo por si acaso, para distraernos.

Cuando, allí por el año 2002, inicié mi andadura en este oficio desde la Universidad me confirmaron que mi obligación era informar, formar y entretener. Informar de lo que está ocurriendo en este preciso instante. Formar con ello la conciencia de la opinión pública, fomentando el debate, el juicio crítico, la diversidad de ideas para escribir la Historia. Y, por último pero no menos importante, entretener.

Entretener es clave en un medio visual, rápido, casi interactivo con el espectador como es la televisión. Donde se cree que todo está inventado - desde los documentales a la telebasura - llega un brillante showman llamado Jordi Évole y nos hace plantearnos que, quizá en el Siglo XXI - era del mayor desarrollo de la información en toda la Historia- quizá somos más ingenuos, menos críticos, que en la Antigua Grecia. Que no sabemos apreciar un buen producto de entretenimiento. Que no sabemos ponderar en su medida un hecho histórico - el 23F - sin molestarnos cuando buena parte de los intelectuales y políticos más relevantes de aquel momento y de hoy, se prestan a hacer una pantomima para hacernos pensar.

Multitud de redes sociales, acceso ilimitado a información instantánea no nos han hecho apreciar una aventura periodística sin igual en España, cuando se creía que todos los géneros televisivos estaban inventados. Quizá es que pensar cansa y duele. Quizá es que no estamos acostumbrados a reirnos más que en el bar discutiendo sobre el Madrid- Barça.

Simplemente, por la valentía de experimentar, de querer ir más allá, de hacernos pensar cuando la versión oficial de la realidad es más increíble que un documental falso, enhorabuena a "Salvados".

jueves, 20 de febrero de 2014

El sueño de todo periodista



Siempre se ha dicho que los periodistas somos una rara especie de escritores frustrados. Cegados por la curiosidad y el interés por la actualidad - que hoy en día no nos brinda muchos temas interesantes, sino más bien mucho sinsentido - dejamos a un lado la estética, el amor por el detalle, por la construcción de una historia que aporte algo al mundo. Nos inquieta no tener nada más interesante que contar que lo que ya sabemos.

Descubrí hace unos años - esta foto esta tomada en mi ciudad favorita, Paris - siguiendo a mis autores favoritos que una gran historia puede comenzar por el detalle más pequeño. Sin ir más lejos, el éxito de la gran María Dueñas con la maravillosa historia de superación de Sira Quiroga empieza por una simple máquina de escribir. El resto, todas las emociones, viajes, sentimientos que hicieron a ese gran personaje ser querido y seguido por miles de lectores y espectadores, es simplemente una historia muy bien estructurada, contada.Al estilo de las novelas clásicas de Dickens o Tolstoi.

Siempre he aprovechado cualquier ocasión para conocer a mis autores favoritos - una firma de libros, la Feria del Libro en Madrid - para poder conocerles mejor cara a cara y comentarles mis dudas. Siempre he querido convertirme en escritora, siempre he estado escribiendo algo, para mí, aunque el miedo a "no ser lo suficientemente buena" siempre me paralizó. Hasta que conocí a la gran Carmen Posadas , que escuchó mis dudas y realizó un pequeño "conjuro" para que me animara a avanzar y escribir una historia que emocionara. No podría estarle más agradecida.

Hay muchas razones para contar historias que merezcan la pena en un mundo tan descreído, desquiciado y caótico como el que vivimos. Por ello seguí su consejo y comencé a escribir una pequeña historia - ya va por once capítulos - que espero ver algún día impresa. Una historia que espero llegue a emocionar a mucha gente.